Una pequeña historia ficticia

El otro día, estaba caminando bajo una pequeña noche nublada, era perfecta, todo tranquilo, acepto por un par de novios que estaban en lo suyo en un pequeño callejón… sin más preámbulo, continué con mi camino, observando la inmensidad de paz, gente corriendo, parecía que había ocurrido un accidente y por curiosidad, comencé a acercarme al lugar de los hechos. Mientras avanzaba, notaba a los especímenes reunidos, unos serios, otros riéndose, algunos preocupados y otros sin rostros. Me urgí al ver a estos últimos, pero cuando llegue al lugar indicado, encontré ahí, a los pies de mí y de un alto edificio un hombrecillo, que al parecer había saltado desde una gran altura. El individuo estaba destrozado. Yo pensé: “es un hecho que está muerto”; así que me limité a observar su cuerpo destrozado, donde su cabeza había explotado por el impacto, con un poco de recelo y lástima. De repente, sin mucho asombro, el hombrecillo se levanta, se acerca a mí y me dice: “en este pequeño mundo compadre, pensamos lo que somos y somos prácticamente lo que pensamos”. Esas palabras me sorprendieron, dejándome en un estado perplejo mientras el hombrecillo se alejaba caminando de lo más natural.

PD:” todo pensamiento efectivo tiene como último rendimiento una trasformación radical de lo que nos constituye”, dijo una putita por ahí.

Dedicado a Lain
En consideracion, Kurazerox.